Carta Parroquial Mayo 2010

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Queridos hermanos : Paz

Corría el año 1630, en una luminosa mañana de la primera quincena de mayo, una carreta detenida en las proximidades del Rio Luján es portadora de la imagen de Nuestra Señora venida desde el Brasil con destino a una hacienda en el valle de Sumampa .El hacendado Antonio Farías Saa, encargó por aquel entonces al maestre Juan Andrea que le trajese de Pernambuco una imagen para su capilla…el buque San Andrés atracó en Buenos Aires ,el 21 de marzo del 30, y por problemas de aduana recién salieron, conteniendo las imágenes de la Purísima para ser trasladadas a la zona de la entonces Córdoba.

Desde ese momento en que los paisanos contemplaron el prodigio de aquella carreta hasta el día de hoy muchas cosas han  pasado pero la que nos convoca es la misma Señora a reflexionar en ese gesto de predilección de la Virgen por nuestra tierra.

Cada uno de los que con el tiempo tuvieron la misión de custodiar a la imagen , fueron agraciados con dones especiales que los singularizaron en la historia. En primer lugar fue en la estancia de Don Rosendo donde su actual dueño destinó a un esclavo  llamado Manuel que había llegado tambien desde el Brasil con Juan Andrea.Era el encargado de recibir los peregrinos, de cuidar la lámpara de la Virgen , de custodiar aquella imagencita de terracota la cual cada vez atraía a más cristianos a buscar en ella el consuelo y la protección para sus vidas.

En 1671, la imagen es trasladada a la estancia de Ana de Mattos,en la actual Luján, y Manuel siguió encargado de la prodigiosa imagen.»Soy de la Virgen nomás «repetía insistentemente, sabiendo que solo a Ella pertenecía no solo por herencia sino de corazón…En 1684,un sacerdote Don Pedro Montalbo, es curado milagrosamente por María, y queda a perpetuidad como su capellán, a lo cual se dedicó con cuerpo y alma, terminando su primera capilla el 8 de diciembre del año 1686…En 1730 fue elevada a Parroquia por el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires, y el 24 de agosto de 1754 se inicia la nueva construcción de su santuario…el cual perduraría hasta la construcción del actual por iniciativa y esfuerzo del P Salvaire, que inició las obras el 4 de mayo de 1890, concluídas en 1901.

La Virgen fue testigo de la gesta de Independencia de aquellos primeros patriotas: Juan Martín de Pueyrredón  y otros patriotas se congregan en la Villa de Luján para reconquistar la capital el 30 de julio de 1806.En mayo de 1810 el Cabildo de Luján organiza el Tedéum en el Santuario para encomendarle a Nuestra Señora los asuntos de la Primera Junta.Dos años después el coronel Domingo French nombra a la Virgen de Luján patrona de sus tropas el 25 de septiembre de 1812, ese año el general Manuel Belgrano se detiene con sus tropas en Luján y al año siguiente regresa con dos banderas capturadas al enemigo para ofrendárselas a la Madre de Dios. Asimismo en mayo de 1818 el general José de San Martín regresó de Chile y al regreso de las batallas de Chacabuco y Maipú se encomienda a ella; en 1919 Cornelio Saavedra se establece en Luján para visitar asiduamente el santuario…

En 1830 el gobernador de Buenos Aires, Don Juan Manuel de Rosas inició personalmente la recolección de fondos para la reconstrucción y donó un órgano..

Imposible no ver la conexión especial que existe entre María y la Argentina…su misma bandera es hecha a imagen de los colores de la Inmaculada.

Este bicentenario de la Revolución de Mayo es propicio para una seria reflexión de nuestra identidad como Nación y como Iglesia que peregrina en ésta tierra tan bendecida por Dios. La identidad es fruto de atesorar la historia… pero toda la historia, sin negaciones arteras que quieren cercenar las raíces cristianas de la Patria. Argentina nació a los pies de María de Luján…ahora como joven república de apenas 200 años, muchas veces quiere negar a aquellos que le dieron su existir, aquellos que la fundaron sobre la roca del Evangelio, aquellos que le legaron un sólido bagage de valores y virtudes que marcaron su signo de distinción entre los pueblos. Son momentos de confusión cultural. En el Congreso se quieren votar leyes en contra de la naturaleza y la vida ; es posible en ésta tierra María que sigamos enfrentados como hermanos?, que los pobres y los niños, los ancianos no sean los más favorecidos? Es posible que la droga siga diezmando a nuestros jóvenes, que la corrupción sea la moneda corriente, que ante cada elección estemos pensando en votar al menos malo, que nos hayamos acostumbrado a la falta de respeto, a la violencia, a la soberbia …es posible que sigamos leyendo lo que nos conviene de la historia para sacar sólo réditos espúreos… Sin Verdad, sin Bondad, sin Paz, sin Amor, sin Justicia y sin Misericordia no hay camino posible…porque Jesús nos dijo que El es el camino que conduce al Padre,…Nuestra vocación como Iglesia y como Pueblo es la santidad. La santidad de la Iglesia brilla en todo su esplendor en el rostro de María…

Estamos invitados en éstas fiestas del mes de mayo a volver nuestros ojos a la Virgen, y confiarle de corazón los destinos de nuestra Patria. Peregrinaremos una vez más como tantos millones de argentinos en éste mes para pedirle a Nuestra Madre de Luján que siga extendiendo su manto sobre nuestras comunidades, nuestra diócesis de La Plata, sobre nuestra Nación.La peregrinación a la casa de nuestra madre nos pone en comunión con todos los que desde aquel 3 de diciembre de 1871, han ido a Luján. año tras año. Aquel día Mons Aneiros ,Arzobispo de Buenos Aires, organizó la misma para agradecer la desaparición de la epidemia de fiebre amarilla…desde entonces privada o en comunidades parroquiales o diocesanas, los fieles se han acercado a su Madre para pedir, agradecer, rogar, interceder…así lo haremos este año, como comunidad de Loreto vamos a hacer nuestra  parte.                                                                                                         No nos olvidemos que la Virgen nos dice a diario :»Hagan lo que El les diga»..nuestra santidad, es entrar en la voluntad de Dios, crecer por dentro, encontrarnos de corazón con Cristo, convertirnos a sus sentimientos, aprender de El, que es manso y humilde de corazón, seguirlo por donde nos lleve, vivir la comunidad eclesial , celebrar y orar en comunión con sus misterios y por último dar a conocer su amor a través de una vida de entrega y de servicio.

El mejor servicio que como comunidad haremos a nuestra Patria es la santidad, es ponernos con cuerpo y alma, al servicio de Cristo y María como tantos hombres y mujeres lo han hecho y lo hacen a lo largo y ancho de nuestra tierra. Es hacer que nuestra santidad se traduzca en gestos concretos de servicio a nuestros hermanos, preferenciando  a los más pequeños y los más pobres. Que Nuestra Señora de Luján interceda por nosotros y nos configure como verdaderos hermanos de su Hijo, escuchando su Palabra y llevándola a la práctica.

Dios les bendiga

P. Julio César Jesús Palarino Castro

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