Feliz Navidad

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¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!»…Año tras año revivimos la eterna novedad que ha cambiado el significado de la vida de los hombres..Dios se ha dignado habitar entre nosotros, el Emmanuel, a quien el profeta Isaías profetiza con los atributos de ser «Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la Paz».

Dichos títulos atribuidos al Señor nos hablan de su vida y su misión entre los hombres. Viene con paz, con fuerza, con amor, manso y humilde a tratar de entrar en el corazón de los hombres, imponiéndose más que con la fuerza con el irresistible atractivo del amor.

En la noche oscura de san Juan Bautista cuando en la cárcel envía a dos mensajeros con aquel interrogante que atenazaba su corazón «eres tu el que ha de venir o debemos de esperar a  otro?», el precursor trataba de atisbar una esperanza. Ese interrogante nos sigue interpelando como creyentes, como Iglesia, como sociedad.

No conviene que tratemos de contestar desde la teoría. Las devaluadas palabras para el hombre de hoy no lo pueden inducir al acto de fe. También hoy como entonces los hombres muchas veces llenos de incertidumbre elevan éste interrogante al Cielo y también a nosotros los creyentes…»¿Es Jesús el que ha de venir…o debemos de esperar otro Salvador para nuestras vidas?»

Como entonces Jesús sigue respondiéndonos desde la Verdad de Dios: con actos concretos de amor: ciegos que recuperan su visión, sordos que poco a poco pueden abrirse al recibir al otro, paralíticos de miles de miedos y comodidades, de culpas y vicios que son capaces de incorporarse a una vida nueva…muertos en vida que por falta de amor no pueden percibir la Bondad de Dios y que gracias a la presencia de Jesús vuelven a la vida de la gracia.

Navidad es un tiempo de presencias de Jesús en medio de la noche. Por algo empezamos la vigilia con la lectura de Isaías donde dice «El pueblo que caminaba en las tinieblas vio una luz grande: habitaban en tierras de sombras y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo…Porque la vara del opresor y el yugo de su carga , el bastón de su hombro los quebrantaste…porque un niño nos ha nacido» En medio de la noche de los pueblos se nos vuelve a dar el signo que el ángel dio a aquellos magos de oriente:«encontrarán a un niño recostado en un pesebre»… aquellos buscadores de Dios se pusieron en camino impulsados por la alegría de encontrar al Mesías esperado.

También en la noche, tiempo de salvación, los pastores expectantes y vigilantes fueron anoticiados del nacimiento del Hijo de Dios. Raudamente con su pobreza a cuestas, a pesar de que toda la vida la misma sociedad los segregó, fueron capaces de ponerse en camino, al igual que aquellos Magos y buscar al Señor.

Hoy también queridos hermanos, éste signo vuelve a ponernos en camino. Aunque sigue en muchas situaciones de la sociedad siendo de noche, aunque el mundo descreído y materialista quiere hacer avanzar las tinieblas del error , del egoísmo, del pecado sobre la Verdad, la Vida, la Bondad…nosotros con éste signo de Cristo en medio de su pueblo, liberando ,sanando, rompiendo yugos, resucitando…tomamos fuerza de Dios para dar el signo que el mundo espera de nosotros.:«el evangelio es anunciado a los pobres»…siendo pobres enriquecemos a muchos con la verdad y la justicia de Dios…desde nuestra pobreza y pequeñez podemos seguir guiando a nuestros hermanos al encuentro con el recién nacido, el cual con sus manitas extendidas quiere abrazar en su amor y misericordia al mundo entero.

Son tiempos difíciles para la Iglesia de Dios…como lo fueron en la época de Herodes cuando San José confiado toma a la Virgen y al niño y huye a Egipto a guarecerse del enemigo que quería apagar la Luz de las naciones.

Muchos Herodes hoy también quieren apagar la luz, matar la vida, falsear la verdad, oprimir a los libres hijos de Dios, quebrar la paz …desde nuestra búsqueda de Dios, desde nuestra confianza en El… seguimos guiando a otros a su encuentro.

Querida comunidad de Loreto, Feliz Navidad….gracias porque desde tu pequeñez y pobreza sigues dándote… sigues engendrando hijos para Dios…ese Niño que nos ha nacido es el centro de toda tu existencia y de tu misión. Desde su pequeñez, desde el cultivo de las actitudes de Nazareth podremos  dar a participar a otros de su Paz y su Verdad, su Misericordia y su perdón…

Que el nuevo año del Señor 2011 nos encuentre trabajando juntos para la gloria de nuestro Dios. Sigamos en éste año del cincuentenario como comunidad eclesial dando testimonio del Evangelio… evangelizando a los pobres, ya que de ellos es el Reino, ya que si nos hacemos pobres nos podemos identificar con Jesús, con María y con José…

Gracias por todos los que animados por el niño de Belén siguen dando testimonio de su presencia en la noche de los tiempos…El es el que esperamos, a El podemos testimoniar, a El amamos y por El servimos a todos los que el Señor ponga en nuestro camino…El es la respuesta que damos al interrogante angustiado de los hombres…en El, Camino, Verdad y Vida seguimos remando mar adentro, seguimos evangelizando y atrayendo a otros al cumplimiento de su voluntad.

Dios los bendiga…los quiero mucho… Feliz Navidad

P. Julio César Jesús Palarino Castro

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